Mi querida Alba,
ya estás descansando en el cielo,
en brazos de tu madre.
Gracias por ser mi pequeño Buda,
por enseñarme y enseñarnos tanto
a todos los que fuimos pasando por tu vida.
Muchos puede que no lo entendáis ,
gracias por ser una gran guerrera de luz.
Guerrera de luz por que
guardas tu chispa en los ojos, por que
has sentido miedo de ir a la batalla, por que
has mentido o traicionado a alguien
en algún momento del pasado,
por que has recorrido un camino que no era tuyo,
por que has sufrido por razones triviales,
por que nunca creíste que fueras guerrera,
por que has fallado en tus deberes espirituales,
por que has dicho si cuando querías decir no,
porque has hecho daño a alguien a quien amabas.
Porque has pasado por todo esto y
nunca has perdido la esperanza de ser mejor de lo que eres.
Has sido una luchadora incansable, una mujer valiente... por eso has Vencido y nos has vencido a todos los que creemos en las cosas materiales y terrenales, a los pobres de espíritu, a los ciegos de corazón.
Por que has sido una valiente guerrera, con tus decisiones nos has dado una gran lección de vida, con tu purgatorio en vida, nos has enseñado a que es más importante escuchar, callar y actuar más que hablar.
Desde aquí a mi pequeña heroína, tan sólo quiero bendecirte y darte las Gracias con esta pequeña plegaria irlandesa:
QUE LOS CAMINOS SE ABRAN A TU ENCUENTRO,
QUE EL SOL BRILLE SOBRE TU ROSTRO,
QUE LA LLUVIA CAIGA SOBRE TUS CAMPOS,
QUE EL VIENTO SOPLE SIEMPRE A TU ESPALDA.
QUE GUARDES EN TU CORAZÓN CON GRATITUD EL RECUERDO PRECIOSO DE LAS COSAS BUENAS DE LA VIDA.
QUE LA MANO DE DIOS TE PROTEJA, Y QUE, HASTA QUE VOLVAMOS A ENCONTRARNOS, TE TENGA EN LA PALMA DE SU MANO.
